Introducción
En el 2021, el Archivo General de Puerto Rico, adscrito al Instituto de Cultura Puertorriqueña fue escogido como una de las 17 instituciones subvencionadas bajo el programa “Recordings at Risk” del Council on Library and Information Resources (CLIR). Este programa tiene como enfoque la preservación a través de la digitalización de formatos audiovisuales (audio o video) y de “time-based media” raros y únicos que tengan alto valor para la investigación.
Para el proyecto, se optó por trabajar con 298 cintas de audio de carrete abierto (reel to reel) que pertenecen a los documentos de vigilancia de la Policía de Puerto Rico generados entre las décadas del 60 y 70, dado su considerable valor informativo e histórico. En esta sección se discuten las diversas fases del proyecto, que incluyen trabajos de restauración, digitalización, gestión digital, descripción y futuro acceso.
El equipo de trabajo incluyó a las siguientes personas:
Hilda T. Ayala González: desarrollo de políticas, guías, manuales y preservación digital
Marcos Nieves Díaz: coordinador de labor archivística, descripción y preservación
Néstor Salomón: restauración y digitalización
Alberto Zayas: realmacenamiento, control de calidad y gestión de archivos digitales
Loraine Rosado: desarrollo de metadatos descriptivos
Stephanie Sahir Santiago: digitalización de los documentos suplementarios
Fase #1: Restauración y digitalización de las cintas magnetofónicas
Las cintas magnetofónicas, que en este proyecto varían entre 3”, 5” y 7”, se consideran soportes vulnerables por los diversos riesgos que pueden afectar el acceso a la información que contienen, entre estos: la hidrólisis, el síndrome de la cinta pegajosa, hongos, polvo y la falta de equipos de reproducción. Para asegurar que las cintas fueran transferidas de forma adecuada, se trabajó con el especialista en restauración Néstor Salomón.
En primer lugar, las cintas fueron evaluadas para establecer un plan de trabajo acorde con las necesidades de conservación. Según el informe técnico preparado por el especialista: de las 298 cintas, 127 requerían limpieza por presencia de polvo u hongo y solo cuatro presentaban hidrólisis, lo cual fue atendido mediante la deshidratación de la cinta previo a su digitalización.
Una vez la cinta se prepara y es segura su manipulación, se pasa a la fase de captura. Para la digitalización, se tomaron en consideración las mejores prácticas para la creación de objetos digitales. Se seleccionó el formato WAV como master de preservación sin compresión y se capturó a una frecuencia de muestreo de 44 kHz, con una profundidad del bit de 24Hz. Para los archivos de acceso se optó por tres alternativas: wav, mp3 y acc, a una frecuencia de muestreo de 44 kHz con una profundidad del bit de 24 o 16Hz. Además, se estableció una nomenclatura estándar para todos los archivos digitales que incluye: datos del fondo, número correspondiente a la grabación, fecha, canales y versión. Ejemplo: PPR_GRA_0016_1970_1-Master. Finalmente, se estableció una estructura de carpetas digitales para lograr una organización eficiente de los objetos creados y la documentación correspondiente.
De la totalidad de las cintas, cinco estaban vacías y 56 contenían grabaciones en dos lados. En total sumaban 349 archivos de audio, que redundan en 390h:54m:19s de contenido y ocupan 525 Gigabytes de almacenamiento. En esta fase no se realizó edición de audio ni remasterización para mejorar la calidad.
Para más detalles, puede leer el informe audio-técnico completo aquí
Fase #2: Realmacenamiento
Como parte de las estrategias para la conservación a largo plazo de las cintas, estas se transfirieron de los envases originales en que se encontraban a cajas de calidad archivística. Este proceso es importante, ya que los envases originales presentaban manchas de humedad, hongo y sucio. Además, los envases originales eran de cartón, material cuyo componente acídico acelera el deterioro de las cintas. Otro elemento que se tomó en consideración fue la separación de hojas descriptivas, cartas y otros materiales suplementarios en papel que se encontraban dentro de las cajas. Esto representó un reto dual, ya que era necesario prevenir la migración acídica de los papeles a la cinta, pero a la vez evitar la disociación de la información. Para atender este problema, se optó por crear sobres en poliéster en los cuales se colocó este material en papel, creando una barrera entre el papel y la cinta. De esta manera se mantuvo la unidad documental a la vez que se protegía la integridad de los materiales.
Izquierda: Envases originales de las cintas. Centro: Cajas preparadas para su almacenamiento a largo plazo. Derecha: Alberto Zayas en proceso de realmacenamiento. Imagen: Archivo General de Puerto Rico.